NI SANTA NI JUSTA (26-10-2001)

 

Nos habían explicado siempre, desde que en nuestro país estrenamos democracia, que al terrorismo y a la delincuencia se les había de combatir desde el estado de derecho, desde la ley y desde los tribunales de justicia; que una sociedad evolucionada y moderna, lejos de épocas dictatoriales y de actitudes primitivas, sólo utilizaba métodos civilizados para luchar contra las agresiones fanáticas, inhumanas y antidemocráticas.

 

Hace unos años, unos cuantos políticos, policías y militares se saltaron a la torera aquellas normas para combatir al terrorismo de ETA con métodos más propios de la conquista del Oeste, con la llamada “guerra sucia” (como si hubiera alguna guerra limpia). Pero, cuando la justicia se enteró, metieron en la cárcel al menos a unos cuantos de aquellos que habían querido volver a tiempos primarios y predemocráticos. Todavía están en prisión.

 

Ahora, los ciudadanos estamos perplejos. Nos dicen que todos los terrorismos son iguales y debe de ser verdad, porque todos tienen en común el fanatismo, el no respeto a la vida humana y la provocación de muerte, destrucción y sufrimiento. Sin embargo, vemos al sheriff del imperio americano utilizando impunemente la guerra, sucia por supuesto, contra el terrorismo, no importándole el respeto a la vida de inocentes, secuestrando a todo el pueblo afgano, como si fueran segundos mareys y utilizando fondos reservados (mil millones de dólares!) para que los amedos y dominguez de la CIA maten al supuesto jefe de los terroristas y lo entierren en cal viva como si fueran lasas y zabales. Así: una condena a muerte sin jueces ni juicios.

 

Pero la perplejidad no viene sólo por las batallas de Bush, que de él ya lo esperábamos, sino por el aplauso y la cooperación de nuestros gobernantes que se están convirtiendo en cómplices de una historia regresiva, cuyas consecuencias aún pueden ser más funestes. La guerra no ha sido nunca santa, ni para los musulmanes, que el Coràn habla de paz, ni para nadie. Tampoco no ha sido nunca justa, ni para los poderosos ni para los pobres. Ha sido considerada más bien uno de los jinetes del Apocalipsis.

 

Quizás habrá de intervenir la ONU o el tribunal de justicia de La Haya y, siguiendo los pasos de los galindos y barrionuevos, se sienten un día juntos, al lado de Milosevich y Ben Laden, Bush, Blair i Sharon, y todos los cómplices que se ofrecen a participar del GAL americano. Yo, mientras, rezo para que el sentido común y el respeto superen el fanatismo y la guerra y den paso a la paz.

 

Fermí Manteca

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EDUCACIÓN PARA TODOS (19-10-2001)

 

Uno de los derechos fundamentales, reconocido internacionalmente, es el derecho a la educación. Cuando miramos a nuestro alrededor, vemos que este derecho es respetado y la práctica totalidad de los niños que conocemos están escolarizados, tienen escuelas más o menos cercanas y está organizada tanto la escuela pública como la opción por la privada. Aunque el sistema educativo y su puesta en práctica deja mucho que desear, no hay duda que el acceso a la educación es un hecho generalizado.

 

Pero, si miramos un poco más allá de nuestro alrededor, en un mundo cada vez más pequeño, apreciaremos que el tan reconocido derecho a la educación sólo es respetado en una minoría de la humanidad. Los datos que nos ofrecen ONG tan prestigiosas como Intermón o la misma Unicef son estremecedoras: 150 millones de niños abandonan la escuela antes de haber aprendido a leer y a escribir, 125 millones no van a la escuela y son más de 872 millones los adultos analfabetos, de los cuales dos tercios son mujeres. Ante esta realidad, la Unesco y otras organizaciones han puesto en marcha campañas pidiendo a los gobiernos de todo el mundo que recuperen el tiempo perdido y se comprometan a conseguir la educación básica para todos antes de 2015.

 

Para Intermón, esta crisis educativa mundial es evitable. Hay que luchar contra la pobreza que hace que los niños tengan que ponerse a trabajar para mantener a la familia y hayan, por ello, de abandonar la escuela. Han calculado que con el gasto militar mundial de cuatro días (unos 8.000 millones de dólares) se conseguiría en diez años la educación básica universal.

 

La educación no solamente favorece un mejor acceso a la cultura y a la información, dotando a la persona de posibilidades de discernimiento crítico y de desarrollo inteligente, sino que también salva vidas y favorece el crecimiento económico, sobretodo en países pobres. Quizá las actitudes fanáticas se dan más en personas con un bajo nivel cultural que unido a una pobreza económica extrema, se convierte, en manos extremistas, en un explosivo difícil de desactivar. Lo que vale un bombardeo sobre Afganistán, invertido en educación, sería más efectivo que “ganar” una guerra matando tanta gente.

 

Fermí Manteca

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LA RAZÓN (12-10-2001)

 

Durante los últimos siglos de nuestra historia occidental, los hombres y las mujeres hemos convivido con el racionalismo que ha caracterizado y definido nuestros conocimientos y nuestra realidad. Después de la Edad Media, estalló el culto a la razón y eso ha impregnado el pensamiento de nuestra historia y supuso la premisa para avanzar en el camino de las ciencias. El progreso científico y técnico alcanzado en el último siglo se debe, sin duda, a la sistematización del pensamiento racional, consistente en captar únicamente la realidad visible, palpable y mesurable como la única existente, y en la utilización del lenguaje racional lógico como el único vehículo capaz de transmitir la realidad.

 

Sin embargo, la persona no ha dejado nunca de ser, además de racional, un animal simbólico, aunque muchas veces esta cualidad se ha denostado. Últimamente está apuntando un resurgir del lenguaje simbólico para transmitir nuestras ideas, nuestros miedos y nuestras esperanzas. Todos han comentado, por ejemplo, que las desaparecidas torres gemelas de Nueva York eran el “símbolo” de occidente.

 

Las supersticiones y el culto al “lenguaje de los astros” y a los horóscopos están de moda. Hasta la publicidad cada vez huye más de las expresiones racionales y lógicas para utilizar la simbología que, de una manera sutil e irracional, nos puede convencer para consumir el producto anunciado. Todos sabemos por la razón que un coche es una herramienta de transporte. En cambio la publicidad nos lo presenta como un símbolo de poder o de conquista amorosa o para ligar con una persona “guapa”. Racionalmente no es verdad, pero la simbología nos presenta una realidad diferente.

 

El racionalismo y el culto a la razón, nos puede conducir a relaciones frías e inhumanas. Si sólo nos dejamos llevar por símbolos, caeremos en el oscurantismo medieval. Si sabemos combinar la riqueza simbólica con la razón - limitada, pero humana y necesaria -, quizá la humanidad avanzará por caminos más equilibrados y pacíficos.

 

Fermí Manteca

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HUMOR, BUEN HUMOR (05-10-2001)

 

Es una de las características del ser humano eso de tener buen humor. No hay ningún animal en la naturaleza, ni los primates más evolucionados, que hayan desarrollado esta cualidad. El ser humano, fruto de su inteligencia, es capaz de reír al descubrir diferentes relaciones entre ideas y conceptos.

 

Esta cualidad está presente en la mayoría de las personas y es bien cierto que las que padecen un trastorno de la personalidad, o una enfermedad mental, manifiestan una distorsión en su sentido del humor y muchas veces no son capaces de expresarlo correctamente.

 

En el fondo, el humor o la explosión de hilaridad se produce cuando se dan unas relaciones lógicas o ilógicas entre diferentes ideas que en principio son inesperadas. Es lo que pasa con el final de los chistes, que no se espera una salida relacional entre dos conceptos, lo cual provoca una situación insospechada o ridícula que estalla en una carcajada o una sonrisa fruto de este sentido interno que tenemos. Esto se debe a las relaciones inteligentes que sólo se encuentran en el cerebro evolucionado de la persona. Sin embargo, sólo es posible en un ambiente de relajación, ya que una situación estresante o crispada o de mal rollo provoca mal humor y agresividad e impide la aparición de aquella chispa que se siente como un cosquilleo y que provoca la risa.  

 

La máxima expresión del humor es aquella que es fruto de la reflexión, es decir, aquella que refleja la visión humorística y ridícula de la propia persona, de tal manera que aquel que no es capaz de reírse de uno mismo, de ver la ridiculez que a veces manifestamos en nuestra vida, le falta todavía bastante para evolucionar como persona. Podemos extender esta idea a un nivel social: si no somos capaces de expresar el buen humor y de reírnos de la propia sociedad o institución a la que pertenecemos, no habremos superado aquella frontera que nos puede ayudar a convivir en paz y avanzar hacia una evolución más humana.

 

Fermí Manteca

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JUVENTUD - OBJETO (28-09-2001)

 

No hace muchos años, la edad más valorada era la adulta, entendiendo por ello aquella a partir de la cual la persona podía independizarse de los padres, casarse y formar una familia. Entonces era considerado como una persona en todo el pleno sentido. Esto tenia que acontecer relativamente pronto, un vez acabado el servicio militar. Una persona que llegaba a los treinta sin aquella independencia y sin haber formado una familia, ya era mirado como un solterón o una solterona, en el mejor de los casos. Por otra parte, la niñez o la juventud no eren vistos sino como una etapa puramente de aprendizaje y por tanto de pura obediencia ciega.

 

Más tarde, con la llegada de la sociedad de consumo, el descubrimiento de las técnicas del marketing y de que las etapas más jóvenes de la vida podían ser un campo consumidor muy vulnerable al bombardeo publicitario, es empezó a mitificar la juventud, como la época más valorada de la vida. La publicidad, por intereses puramente comerciales y con ánimo de enriquecimiento, ha ido modelando la concepción de la vida de tal manera que la juventud es considerada como aquella época en que todo le está permitido y nada ni nadie puede prohibirle nada, al tiempo que le ha creado tal cantidad de necesidades que la mayoría de los jóvenes se pasan la vida trabajando intensamente y haciendo horas extras, para poder cubrir aquellas necesidades, muchas de ellas ficticias, que le han creado.

 

Todo eso, unido a una esperanza de vida cada vez más larga, hace que la juventud se alargue también, se posponga la edad de la emancipación y se retrase el tiempo de formar una familia o de aparejarse. Esta realidad hace que también la madurez personal se vea afectada y, por tanto, el descubrir el pleno sentido de la vida

 

Habría que situar en su lugar a la juventud y liberarla. Ni aquella actitud de antes en que no se le tenía en cuenta para nada, ni su conversión en objeto sometido al consumo, a costa de su madurez.

 

Fermí Manteca

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VALORES DEMOCRÁTICOS (21-09-2001)

 

Ha sido una buena contribución a la evolución de la humanidad la incorporación de los valores democráticos a nuestra civilización. Con todos los defectos que presenta cualquier actividad humana, no hay duda que la democracia representa muchas cualidades para la convivencia social y política.

 

Hay que precisar que cuando hablamos de valores democráticos no solamente nos referimos al hecho de poder elegir a los gobernantes por sufragio universal, sino también, sobretodo, a la capacidad de los pueblos para decidir libremente su forma de convivencia; al ejercicio de las libertades individuales y colectivas; al concepto de igualdad de todas las personas, sin distinción alguna; a la participación de todos en las tareas comunes; a la corresponsabilidad de todas las personas y grupos en las actividades sociales y políticas; a los valores de la tolerancia, solidaridad y respeto a los derechos humanos, etc.

 

El gran peligro de las democracias occidentales, a parte de grupos fanáticos y violentos, es la presión ejercida por grupos de poder, económicos o políticos, no sujetos a ningún control democrático y con una ética divergente de los valores que mencionaba antes como propios de nuestra evolución. Estos grupos los encontramos tanto fuera de la civilización occidental como también dentro del propio sistema democrático.

 

Hemos de estar atentos, pues, a los intentos de estropear la democracia y hacer todo lo posible para contrarrestarlos, ejercitando en la vida cuotidiana aquellos valores que ayudan a nuestra convivencia y enseñándolos pedagógicamente a nuestros niños y jóvenes.

 

Fermí Manteca

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MÁS VALE PREVENIR (14-09-2001)

 

Todos somos conscientes de cuan vulnerable es nuestro cuerpo. Cualquier agresión lo puede hacer caer, quebrar o enfermar. La misma evolución ha ido generando una serie de mecanismos de defensa para preservar al organismo de los efectos de las bacterias y virus. La medicina ha progresado mucho en este sentido y ha ayudado a hacer frente a les enfermedades, a mejorar la calidad de vida y a alargarla considerablemente.

 

La mayor contribución de la medicina a la salud, a parte de curar las enfermedades y de proporcionar defensas contra las agresiones externas y internas, ha sido lo que se ha dado en llamar “medicina preventiva”, es decir, aquellas acciones y hábitos de comportamiento en la vida cuotidiana que nos preservan de la aparición de enfermedades y accidentes, a fin de no hacer necesaria después una intervención más directa.

 

Nuestra cultura y, en general, la civilización occidental también son vulnerables a agresiones. Lo hemos visto esta semana en los graves ataques contra los símbolos de occidente en los Estados Unidos de América. Esta vulnerabilidad de nuestro mundo necesita, tal como dicen sus dirigentes, de mecanismos de defensa contra los agresores y respuestas a estos ataques. Sin embargo, no sólo estas respuestas son el remedio para la seguridad. Puede pasar igual que con los antibióticos, que las bacterias se hacen inmunes y contraatacan, con lo que la violencia puede acabar degenerando nuestro mundo.

 

Se hace más necesaria también la prevención, que ha de venir por una implicación de la economía mundial en una mayor justicia y solidaridad y por un mejor reparto de las riquezas y de los beneficios. La prevención ha de venir de la mano de globalizar la solidaridad y la democracia. Es muy doloroso ver morir a miles de personas en un ataque como el que hemos visto en Nueva York, de la misma manera que es muy dolorosa la muerte de miles de personas por el hambre, la miseria y la violencia en el Tercer Mundo.

 

Fermí Manteca

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APRENDICES DE VIEJOS (07-09-2001)

No hay duda que el paso del tiempo hace que todas las personas vayamos creciendo y que el hecho biológico del envejecimiento se vaya haciendo inexorable, si la muerte no detiene nuestra vida en una edad más temprana. El culto a la juventud existente en nuestro tiempo y la tendencia de la sociedad occidental a rechazar la muerte, nos lleva a no aceptar este paso del tiempo y, a muchas personas, el hecho de cumplir años les provoca una gran angustia.

 

A los viejos los vemos bajo el estereotipo de la debilidad y la decrepitud y como un estorbo en una sociedad en que parece que la productividad, el consumismo y la publicidad sean sus pilares y están reservados sólo a los más jóvenes. Antiguamente, sin embargo, las personas mayores gozaban de un gran respeto (como pasa aun en China o  Japón) y en algunas sociedades tenían el poder político, como el senado o el consejo de ancianos. Hoy, las condiciones de vida y de trabajo hace que muchas familias no puedan convivir ni cuidar a sus viejos y éstos acaban en una residencia geriátrica, muchas veces solos y des-estimados.

 

Aunque las sociedades modernas destinan grandes cantidades de dinero al bienestar de las personas mayores y normalmente éstas están bien asistidas, nos hace falta una educación en el respeto y en la valoración de las personas que han vivido muchos años. Si todo el mundo necesita sentirse estimado, con más razón las personas mayores, que tienen unas carencias físicas y biológicas por la edad, necesitan mucha más estimación y amor.

 

Quizás habría que desmitificar la juventud y verla como un lugar de paso, como un aprendizaje para la vejez. El futuro de todos, si no nos morimos antes, es llegar a ser viejos. Y lo tendremos que aprender.

Fermí Manteca

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LAS INVERSIONES DE LA IGLESIA (30-08-2001)

Cuando una cosa es éticamente buena, lo es para todos y si es éticamente mala, lo será siempre, independientemente de quien lo haga. Es, por lo menos, una hipocresía, atribuir una falta de ética a la Iglesia por el hecho de invertir dinero a través de Gescartera, y considerar que es normal que otros lo hagan.

Por otra parte, si las inversiones en bolsa se consideren especulativas y se afirma que este tipo de especulación es éticamente reprobable, ¿cómo es que se mantiene un sistema económico y financiero liberal especulativo? Es también sorprendente que sea la oposición “de izquierda” la que critique a las víctimas de un mal rollo propiciado por los amigos de los actuales gobernantes y no haga realmente su función de oposición.

Desde estos sectores se están alzando voces que piden que el Estado deje de mantener a la Iglesia católica, ni siquiera a través de la asignación tributaria. Las razones que dan es que el dinero público que reciben lo invierten en bolsa. La verdad es que sí, el mantenimiento de la Iglesia tendría que recaer en sus fieles, independientemente de que el Estado asuma gastos, no para mantener a la Iglesia, sino en virtud de la acción social, asistencial y cultural que desarrolla. Pero las razones que aducen de que lo invierten en bolsa, son falsas. Primero, porque la aportación estatal representa sólo una parte los gastos anuales de la Iglesia y oscila entre un 25% y un 50% del presupuesto, dependiendo de la diócesis. Es, pues, un dinero que tal como se ingresa se convierte en gasto y no da para inversiones. En segundo lugar, si la bolsa existe legalmente, ¿qué razón hay para que quede excluida una persona jurídica como la Iglesia?

El dinero que la Iglesia puede invertir en Gescartera o en cualquier entidad legalmente constituida, a parte de las reservas que pueda tener, son principalmente lo que se llama “fundaciones”. Son legados que algunas personas han confiado a la Iglesia para que con sus rentas pueda subvenir acciones caritativas o de culto. Es, pues, un capital que no se puede gastar, se ha de invertir, para poder cumplir las cargas testamentarias de las “fundaciones”.

No siempre la gestión de la Iglesia es acertada, pero una profundización en la realidad y una actitud más honesta, superaría las posturas superficiales e incoherentes que vemos, tanto dentro como fuera de la institución.

Fermí Manteca  

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LA FAMILIA Y LAS FAMILIAS (24-08-2001)

La familia tradicional en nuestra cultura occidental tiene sus raíces en el modelo del imperio romano que ha ido evolucionando más o menos a lo largo de los últimos dos mil años. De hecho, el concepto de familia es cultural y, como tal, cambiante con el paso del tiempo y diferente dependiendo del lugar geográfico. Así, en nuestro entorno, la familia se basa en matrimonios monógamos y en otros lugares del planeta son polígamos. En un tiempo la finalidad del matrimonio era exclusivamente “la reproducción de la especie” y en la actualidad “el establecimiento de una comunidad de vida y amor”.

Estos cambios de origen cultural, sociológico y ético llevan a ver a la familia, por parte de los sociólogos, como un concepto más amplio y global. La familia, pues, se ve como un concepto relativo y, por eso, no se puede dar un valor absoluto a un modelo de familia determinado. Por otra parte, al tratarse de relaciones entre personas, el substrato de libertad y amor que comporta nos obliga a aceptar otros modelos familiares en otras culturas o que en nuestra propia sociedad estén surgiendo modelos de convivencia diferentes.

Muchas parejas hoy conviven y forman su familia sin pasar a “firmar los papeles” ni por el juzgado ni por la iglesia. Y lo hacen en virtud de su libertad. La familia tradicional aquí está basada en el matrimonio, entendido como la unión entre un hombre y una mujer, mientras que en la actualidad existen núcleos familiares fuera del matrimonio. Las situaciones diversas de las personas, como las familias monoparentales, la convivencia afectiva fuera del matrimonio, como expresión del derecho a no casarse, las uniones homosexuales que cuestionan el propio concepto de matrimonio... están haciendo florecer diferentes tipos sociales de familia que coexisten. Todas estas situaciones suponen una serie de retos para nuestra sociedad y para el futuro, con unos derechos y unas libertades que se tienen que salvaguardar y proteger.

Lo que sí apuntan los sociólogos es que la familia ha dejado de ser el fundamento de la sociedad y afirman que es la sociedad, las diversas formas cambiantes de sociedad, el fundamento de los diferentes modelos de familia.

Fermí Manteca

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CONTRADICCIÓN ADOLESCENTE (17-08-2001)

El asentamiento de la personalidad que tiene lugar en la adolescencia, con toda una serie de variaciones del carácter motivado por las transformaciones hormonales, hacen de esta fase del crecimiento de la persona una etapa muy interesante.

Por una parte, es una edad muy receptiva a todas las novedades y ideas que puedan representar al joven un romper con los valores infantiles que quieren superar; por otra parte, las nuevas adquisiciones de conceptos se irán consolidando a medida que su evolución los conduzca a ser adultos.

Las contradicciones que provocan todos estos condicionamientos de la adolescencia los llevan muchas veces a conflictos con los adultos, sobretodo de la propia familia. Una de las contradicciones características de esta etapa es la necesidad de expresar su opinión, a veces descaradamente, y no admitir que los demás le manifiesten la suya. Puede parecer que ellos están seguros de sus convicciones y por eso no aceptan otras opiniones, sobretodo si son de adultos. Sin embargo, esta contradicción es fruto de su inseguridad, que irán superando con la maduración y consolidación de la personalidad.

Se da el caso que muchas personas quedan, por diversas razones, atrapadas en esta etapa adolescente y no superan nunca el conflicto interno que supone creerse que sus ideas y opiniones son siempre superiores a la de los demás y ni tan sólo saben escuchar las opiniones ajenas. El crecimiento armónico de la personalidad es una tarea importante y prioritaria en todas las edades.

Fermí Manteca

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EL CRISTO DE LA SANTA DUDA (10-08-2001)

Una obra de arte, como cualquier manifestación artística, expresa siempre lo más profundo del alma humana. Por eso, a lo largo de la historia, ha habido diferentes estilos y maneras de exteriorizar los sentimientos humanos a través del arte. A cada tiempo corresponde una forma de pensar y de sentir. No es extraño, pues, que un recorrido por un museo sea un breve paseo por una parte de la historia de la humanidad.

La iconografía religiosa y, en general, el arte religioso también es fruto del sentimiento de cada época y de la manera de entender y vivir la relación (religión) de los hombres con Dios. A lo largo de la historia vemos que el cristianismo ha generado una cantidad de obras de arte de reconocimiento universal y que muchas de ellas forman parte del patrimonio cultural de la humanidad, independientemente de su origen o de su propiedad jurídica.

La figura de Jesucristo ha sido cabal para manifestar el sentimiento religioso cristiano. Desde una época en que se manifiesta como rey todopoderoso en el pantocrátor medieval, hasta la representación de su sufrimiento en cruz como signo del sufrimiento de la humanidad.

La nueva escultura de Jesucristo, que presidirá el Santuario de la Santa Duda de Ivorra, quiere manifestar, a través de un estilo moderno, la vida y la esperanza que Dios ofrece a toda la humanidad. Nuestro mundo necesita un mensaje de esperanza y de liberación, no de tristeza y de sumisión. La Iglesia ha de transmitir este mensaje de esperanza junto a todas las personas de buena voluntad de nuestro mundo. Ya el simbolismo del prodigio de la Santa Duda nos transmite la idea de una fuente de vida que brota abundante a través de la eucaristía.

Esta escultura, obra de los artistas de Guissona, Agnès Pla y Jaume González, será la aportación artística de esta generación de principios del siglo XXI a un lugar milenario como es la Santa Duda de Ivorra.

Fermí Manteca

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