VENGANZA O REHABILITACIÓN (13-10-2000)

En nuestra sociedad y desde siempre han existido y existen personas que se salten las normas sociales de convivencia y caen en lo que llamamos delito. Delitos contra las personas o contra sus pertenencias que hacen daño, atentan contra los derechos humanos o contra la integridad, la libertad o contra la vida de las víctimas.

La sociedad, para defenderse de esta realidad, ha reaccionado de diversas maneras a lo largo de la historia. La reacción más primaria, la menos evolucionada, es la de la venganza, la ley del Talión “ojo por ojo, diente por diente”, o la pena de muerte existente aún en algunos países poco evolucionados humanamente, aunque la economía les vaya bien como en los Estados Unidos. La solución en sociedades democráticas avanzadas es la pena de prisión con la intención teórica de una rehabilitación social del delincuente. En la práctica, sin embargo, se convierte en una revancha encubierta, ya que la prisión no ayuda a la reinserción sino que, por el contrario, se convierte muchas veces en escuela de delincuencia.

Estadísticas recientes indican que más de la mitad de ex reclusos vuelven a delinquir, lo cual demuestra el fracaso de las instituciones penitenciarias como método de rehabilitación.

Sin embargo, las leyes contemplan la pedagogía de la reinserción social en todo lo que hace referencia a las penas de prisión e incluso ofrecen la posibilidad de alternativas encaminadas a tornar al delincuente a la sociedad, alternativas a la prisión que los abogados, fiscales y jueces, es decir, todo el aparato judicial, en la práctica desaprovechan, cuando se tendrían que implicar más para que las penas sirviesen, aparte de resarcir a las víctimas, para la reeducación del delincuente, aunque esto último sea más complejo y requiera un seguimiento minucioso de control.

Sustituir la prisión por el trabajo o por el tratamiento sanitario (en caso de drogadicción o enfermedades mentales que con frecuencia están en la base profunda del delito) o por tantas otras medidas alternativas que podrían dar cumplimiento a la finalidad de la ley, nos llevará a crear una sociedad mejor, más avanzada y más respetadora de los derechos humanos.

Fermí Manteca

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ABRIR LAS PUERTAS AL FUTURO (06-10-2000)

La evolución humana camina siempre hacia el futuro. Es obvio. El tiempo, su progresión, siempre va hacia adelante. Por eso, a lo largo de toda la vida, cada persona ha de hacer las cosas de tal manera que no la haga retroceder o involucionar. Toda regresión es negativa y puede producir en la persona infelicidad.

Para que el crecimiento de la persona sea armónico, es decir, que afecte a toda la integridad de su personalidad, hay que procurar que todas las áreas y ámbitos de la vida sean cultivados como es debido; desde las relaciones personales, dentro de la familia o en la sociedad, hasta el cultivo de las cualidades espirituales, intelectuales y físicas.

Uno de los aspectos de las relaciones humanas que nos ayudan a progresar hacia el futuro es la capacidad de perdonar, de hacer les paces. Cuando dos personas se pelean hay implícita la frase “nunca más!”. Estas palabras cierran las puertas del futuro entre aquellas dos personas. Sólo con la actitud del perdón y de la paz, del reencuentro humano entre aquellas dos personas, superando con el diálogo las posibles diferencias, se pueden abrir otra vez las puertas al futuro.

La persona que no sabe encontrar el camino del perdón con los demás, queda encerrada, ya que su progresión restará estancada en el pasado por el recuerdo de lo que le hicieron y que es incapaz de superar. La infelicidad y la angustia que provoca este encierro es causa de muchas insatisfacciones y de falta de paz interior que solamente se verán superadas por la actitud abierta del perdón.

Fermí Manteca

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¿GLOBALIZACIÓN O UNIVERSALIDAD? (29-09-2000)

Desde que el hombre está sobre la tierra su evolución ha hecho cambiar su manera de vivir y sobretodo su concepción de él mismo y del mundo que le rodea. En un principio las primeras tribus se dedicaban a tareas de subsistencia introduciendo la invención de fronteras como medio de defensa para preservar a la tribu de los ataques de los depredadores o de otras tribus invasoras.

Aquellas fronteras se perpetuaron durante muchos siglos, cambiando de situación por las diversas invasiones y guerras de conquista que han habido a lo largo de la historia. Posteriormente las fronteras han servido para preservar la identidad propia de cada nación, junto a los símbolos y signos que diferencian a los grupos humanos. Actualmente aquella primitiva identidad se ha consolidado en cada nación gracias a la cultura, a la lengua, a la manera de vivir, a la historia común y a muchas cosas más que cohesionan y sirven para diferenciar a unos pueblos de otros, sin necesidad de que las fronteras físicas o geográficas se tengan que defender con las armas.

Hoy día, la evolución nos lleva a unas relaciones humanas cada vez más amplias, las fronteras son cada vez más simbólicas y vamos hacia lo que los economistas llaman “globalización”. Sin embargo, a mí me gusta más hablar de “universalidad” para definir hacia donde avanza la humanidad. Este último concepto es más democrático que no el primero.

La globalización es meter a todo el mundo en un único “globo”, el del más poderoso, no respetando a las minorías ni a aquellas identidades humanas que se han ido consolidando durante siglos. Eso es una invasión que lleva a la exclusión de muchos y a consecuencias desastrosas.

La universalidad, en cambio, como dice su etimología (uni versus alia: unos hacia los otros), es: desde la propia identidad de cada pueblo, de cada cultura y de cada lengua construimos con los otros un mundo sin fronteras y sin invasiones. Cualquier atentado del más poderoso, sea físico sea simbólico, va en dirección contraria a la evolución humana de vocación universal. Los gobiernos supranacionales, como es el español, habrían de tener en cuenta el respeto esmerado a la identidad de cada nación si no quieren caer en involuciones globalizadoras. Igualmente la construcción de Europa tendría que seguir también este camino de respeto no invasor.

Fermí Manteca

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EL CENTRO DEL MUNDO (22-09-2000)

En todas las actividades y en todas las áreas de la vida siempre intentamos encontrar el centro alrededor del cual giran les coses, al menos para tratar de entenderlas o captar con profundidad su sentido e importancia.

Si miramos en su globalidad a nuestro mundo, no sabríamos decir cual es su centro. En la superficie de una esfera, la figura más cercana que tiene la tierra, no sabríamos tampoco determinar cual es su punto central. De hecho, las proyecciones posibles de una esfera son un número ilimitado de circunferencias cada una de ellas con un punto central alrededor del cual gira.

Así, en cualquier punto que nos situemos de la esfera terrestre podemos estar situados en el centro de una circunferencia que se extiende a nuestro alrededor. Igualmente desde el punto de vista subjetivo de cualquier observador, él mismo es el centro de todo lo que está a su entorno y, por tanto, desde aquel lugar es la persona más importante del universo.

Este símil nos puede dar pie a darnos cuenta de la importancia de cada persona, ya que cada uno de nosotros, nos situemos allá donde nos situemos, sea en África, sea en Europa, en el polo norte o en las antípodas, somos el centro del mundo. De acuerdo que es una mirada subjetiva, pero cada una de las personas existentes tiene su punto de vista subjetivo y, ante la imposibilidad de establecer un centro objetivo de todo el mundo, cada persona se constituye en centro sin diferencia entre unos y otros. Si yo, que soy el centro del mundo, me considero una persona importante, he de pensar también que cada una de las personas también es igualmente importante por la misma razón.

Este pensamiento podría ser una buena vacuna contra la intolerancia, la incomunicación, la xenofobia y tantos males que asolan a la humanidad y que la han asolado desde siempre. Sólo desde la comprensión de la importancia y de la dignidad de cada persona y de su misión en el mundo, podemos construir un mundo de iguales, superando la propensión a creernos los más importantes, porque nos creemos, vanamente, el único el centro del universo.

Fermí Manteca

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LA GRATUIDAD (15-09-2000)

No es fácil mantener una actitud de libertad en un mundo cargado de toda clase de presiones. Hemos heredado una sociedad, de la cual formamos parte todos los que ahora existimos, con toda una serie de condicionantes que se van transmitiendo de generación en generación, por lo que es tan difícil ir contracorriente.

Una de las características de la sociedad en la que vivimos, herederos como somos de una mezcla de culturas y étnias que han contribuido a configurar nuestra idiosincrasia, es el racionalismo y el materialismo casi inherentes a las personas, ya que muchas actitudes que manifiestan estos rasgos las aprendemos ya desde que nacemos. Así nos encontramos inclinados a la idea mercantilista de que todas las cosas que hacemos tienen un precio y que hasta las personas tienen un precio. Un criterio, éste, que condiciona nuestro entorno y las relaciones humanas.

Por otra parte, valoramos como una característica elogiable el sentido de la gratuidad que muchas personas - y a veces nosotros mismos – manifiestan, realizando acciones altruistas a favor de los menos favorecidos o actividades dedicadas a la preservación del medio ambiente o a la ayuda al tercer mundo o a cualquier finalidad de este tipo. El voluntariado, tan arraigado entre nosotros a través de asociaciones o fundacions en forma de ONGs, llena muchas esferas, a las que no llega la acción oficial de la administración pública, de personas que de forma gratuita dedican una parte de su vida y de su tiempo a los demás.

Esta dualidad de mercantilismo y gratuidad que conforma nuestra cultura occidental exige un equilibrio para no dejarnos llevar ni por el materialismo exacerbado que no entiende la gratuidad de muchas personas generosas y por eso las critican, ni por el idealismo angélico que hace que algunas personas no toquen con los pies en el suelo.

A pesar de todo, los valores más apreciados, como son la amistad, el amor verdadero, la familia, la solidaridad..., o están basados en la gratuidad o no son ni amistad, ni amor, ni familia, ni solidaridad. Y son precisamente estos valores los que hacen que las personas vayan madurando como tal y hacen que la sociedad evolucione adecuadamente. Es, pues, la gratuidad un elemento esencial para el progreso social y hace falta muchas veces ir contracorriente para vivirla bien.

Fermí Manteca

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EDUCACIÓN E INTERNET (08-09-2000)

El boom de las nuevas tecnologías representa una especie de revolución a partir de la cual las cosas empiezan a ser de otra manera y los valores y las formas de vida están cambiando para bien o para mal, dependiendo de las actitudes que tomemos ante los avances ténicos. Hace unas cuantas semanas trataba, en este mismo espacio, el tema de Internet y de cómo se está extendiendo su uso en el trabajo, en las escuelas y en nuestra casa de la mano, principalment, de nuestros hijos. Y anunciaba otro escrito sobre cómo usar Internet en la educación de nuestros adolescentes y jóvenes.

Muchos padres toman una actitud radical ante esta cuestión. Hay quien, consciente de los peligros que puede representar el acceso a Internet de su hijo y de que quede "enganchado" al ordenador todo el día, toma una decisión protectora y se niega a que entre un ordenador en su casa. Sus hijos ya aprenderán en la escuela o ya tendrán tiempo de estar ante un ordenador cuando sean mayores. En el fondo es el propio miedo a lo desconocido que los hace recelosos. No se dan cuenta que los hijos tendrán igualmente contacto con los ordenadores y con Internet, tanto si quieren como si no.

Otros, por el contrario, sabiendo que el futuro pasa por estar al día en estas nuevas tecnologías, no dudan ni un momento en comprar a los hijos un ordinador con acceso a Internet poniendo a su alcance todo un mundo nuevo que ellos no entienden, pero que piensan que de ello depende el futuro de las nuevas generaciones. Los padres, sin embargo, se sienten ya de otra época, incapaces de entender a los ordenadores y piensan que ya se les ha pasado el tiempo. Dejan, así, a sus hijos solos ante un mundo tan complejo como es Internet.

Ambas actitudes son igualmente inadecuadas. En los dos casos los padres están perdiendo la oportunidad de estar al lado de sus hijos en este reto. Por eso, la postura más correcta es que los padres intenten entrar también en estas tecnologías, que no es tan difícil, se interesen por las cosas que hacen sus hijos con el ordenador y muestren un acercamiento hacia sus hijos que éstos agradecerán.

Por lo que respecta a Internet, es bueno que los padres sepan dónde entran sus hijos. De la misma manera que se han de interesar por dónde van de marcha y con quién, también lo han de hacer por donde "van" y "navegan" por Internet. Pensad que a través de la red se puede acceder a todo tipo de información, buena y mala, desde cómo fabricar una bomba o tener contactos con grupos xenófobos o entrar en páginas de sexo abusivo, hasta ilustrarse con la documentación más de última hora para preparar un examen.

Desde Estados Unidos me llega una serie de consejos para los padres, que no me resisto a copiarlos para que podáis hacer el uso que os parezca: "Toma tiempo para educarte en el uso de Internet, es una inversión para la seguridad y la salud de tus hijos. - Pon el ordenador conectado a Internet en un lugar público de tu casa, y no en un dormitorio o en el trastero. - Pasa algo de tiempo en Internet con tu hijo, aunque no seas más que un principiante, te sorprenderás al constatar cómo te gusta. - Enseña a tus hijos a usar el correo electrónico de manera responsable. Es un aspecto estupendo y muy útil de Internet, si se utiliza de manera adecuada. - Diles a tus hijos que no rellenen los cuestionarios que se encuentran en Internet sin tu permiso, pueden ser víctimas de un timo. - No les permitas tener encuentros cara a cara con gente que se encuentran en Internet, a no ser que exista una buena razón para ello y que tú o alguna persona de confianza esté presente." (1)

De todos modos, ninguno de estos consejos garantiza que los niños y jóvenes no estén expuestos a contenidos dudosos en Internet, pero son un buen inicio ya que ayudan a los padres a comunicar sus valores a los hijos y a utilizar las nuevas tecnologías para cumplir con su responsabilidad educadora como padres.

Fermí Manteca

(1) Documento de los Obipos de Estados Unidos titulado "Tu familia y el ciberespacio"

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HACIA LA EDAD ADULTA (01-09-2000)

Cuando nos encontramos con un niño, lo tratamos como un niño, le hablamos como a un niño y, en definitiva, esperamos de él que dé respuestas proporcionadas a la su edad. En canvio ante un adulto lo tratamos como lo que es y esperamos que dé respuestas de adulto.

Muchos padres ésto lo tenemos claro, aunque el gran dilema que nos planteamos es saber cuándo, en qué momento de la vida de los hijos, hemos de cambiar de registro y pasar de tratarlos como niños a tratarlos como adultos. La respuesta habitual a esta cuestión es: “cuando mi hijo dé respuestas de adulto, lo trataré como tal; mientras lo trataré com a un niño”. Por otra parte todos estamos de acuerdo en que el cambio no se hace de la noche a la mañana, sino que es una cosa progresiva, de acuerdo con la evolución de cada persona. La adolescencia es precisamente la etapa del cambio de la niñez a la edad adulta y es durante esta etapa que se ha de hacer progresivamente el cambio de registro de una manera pedagógica.

Sin embargo, vemos que muchos padres tratan a sus hijos o hijas adolescentes como niños (porque aún lo son!) y les exigen respuestas de adultos (cuando todavía no lo son!), provocando, esta contradicción, malestar tanto en unos como en otros y problemas de convivencia generacional.

A un niño que se está convirtiendo en adulto se le ha de ayudar pedagógicamente a que aprenda a dar respuestas de adulto. Hay pedagogos y educadores que proponen para conseguirlo tratar progresivamente al adolescente como un adulto para que vaya aprendiendo a dar respuestas adecuadas y, en cambio, no olvidar que es todavía un niño y puede comportarse como tal en algún momento. El adolescente estará satisfecho de los padres que lo tratan así y los padres descubrirán que poco a poco el hijo va evolucionando hacia la edad adulta.

De todas maneras, el tema no es fácil y conviene, en todos los casos, hacer un acompañamiento adecuado en el camino evolutivo de la persona hacia la madurez.

Fermí Manteca

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CRITICOS, ACRITICOS, HIPERCRITICOS (25-08-2000)

La capacidad humana de tenir criterios propios y una personalidad capaz de discernir objetivamente sobre todo lo que pasa a su alrededor, se ve muchas veces distorsionada por circunstancias externas. Así, la cualidad de ser críticos puede ser objeto de manipulación a través, por ejemplo, de la publicidad comercial o política, o ser deteriorada por presiones sociales que a veces es tan fuerte que la persona se ve finalmente privada de la capacidad de ser objetiva y se convierte en acrítica, se lo traga todo o casi todo y se deja llevar por lo que está de moda o hace la mayoría.

Sin embargo, estas mismas personas acríticas se convierten, ellas mismas, en parte de la presión social y, paradójicamente, son hipercríticas de todo aquello que no sigue la corriente social de moda.

Un amigo mío decía con frecuencia que “en una sociedad hipercrítica se anula la creatividad y las iniciativas”. En efecto, aquellas personas que lo critican todo y sobretodo critican a los que tienen alguna iniciativa positiva con alguna actividad que se salga de lo común o con alguna acción a favor de los demás, en el fondo intentan matar la creatividad de estas personas. Este tipo de hipercrítica es, por una parte, un mecanismo de defensa para justificar la incapacidad de tener iniciativas propias y hacer alguna cosa en favor del bien común, y por altra parte, un atentado contra la libertad y el respeto a los demás.

Las sociedades más reducidas, como suelen ser las rurales, son más vulnerables a padecer este tipo de comportamientos acríticos y hipercríticos al mismo tiempo. El camino de evolución social hacia una sociedad más humana y más madura pasa por la superación de estas actitudes.

Fermí Manteca

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NECESITAMOS VERTEDEROS

Gracias al metabolismo los seres vivos, a través del intercambio de diversas substancias, ya sea por combustión o por otros procesos químicos, podemos alimentar la propia vida. Todo este proceso produce unos residuos que hay que eliminar. Entonces el individuo, sea animal o planta, necesita expulsar al exterior los restos del proceso metabólico.

Los hombres, gracias a nuestra característica inteligente, nos proporcionamos la manera de eliminar los residuos que producimos con la mínima insalubridad. Són los vertederos de residuos. En casa todos tenemos uno y lo necesitamos porque no podemos ir echando por los pasillos o por el comedor el producto de nuestro metabolismo. El wáter donde vertemos estos residuos lo ponemos en el lugar de la casa más apropiado para que nos haga un buen servicio y no cause molestias a nadie.

En cada casa tenemos uno de estos vertederos. O dos, si somos mucha gente y la casa es grande. Los suficientes para las personas vivimos y para las visitas que vengan. Pero a nadie se le ocurre hacer en su casa un vertedero de este tipo abierto al servicio de todos los vecinos del pueblo. Difícilmente se podría mantener en condiciones de higiene, a parte de las molestias continuas que todos imaginamos. Cada uno en su casa y todos tranquilos.

Si trasladamos este símil a otro nivel nos puede servir para extrapolar la necesidad de tener en cada comarca un vertedero proporcional a la cantidad de residuos que se produzcan en ella. La pretensión de instalar vertederos para residuos industriales procedentes de otros lugares de la geografía, a parte de un abuso de la solidaridad unidireccional a favor de los más favorecidos, es un contrasentid que sólo se puede entender desde el punto de vista de aquellos que no respetan a las minorías ni respetan el medio ambiente ni el equilibrio ecológico.

Desde la realidad medioambiental, ecológica y económica es preferible reducir la producción de residuos, haciendo del reciclaje una norma habitual, y de aquellos no susceptibles de reciclaje, hacer el tratamiento adecuado cerca de donde se producen. El sentido común se ha de anteponer a los intereses que puedan estropear la naturaleza y el bienestar de comarcas ya deprimidas de entrada.

Fermí Manteca

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LA FIESTA MAYOR DE AGOSTO (11-08-2000)

En el proceso histórico del nacimiento de Cataluña en plena Edad Media, en aquella fase de conquista del territorio ocupado por los sarracenos, es curioso observar cómo, en cada lugar estratégico, iban construyendo un castillo o una torre de defensa y una iglesia dedicada a la Virgen María. Así nos encontramos muchos sitios con una capilla románica bajo la advocación de Santa María seguida del topónimo correspondiente. Desde Nuestra Señora de Montgrony, a la de Núria o la de Montserrat o la del Claustro o la de la Aguda o tantas otras que han llegado hasta nuestros días.

Vemos que desde el principio, la devoción a la Virgen era un hecho común en nuestro pueblo. Muchas de aquellas capillas celebran la fiesta patronal el dia de las "Vírgenes Encontradas", el 8 de septiembre, día en que se conmemora el encuentro de la imagen, supuestamente escondida en el momento de la invasión musulmana. En otras, en que no se da el hecho del hallazgo de la imagen, se acostumbra a celebrar la fiesta el día 15 de agosto, festividad de la Asunción de la Virgen. Por eso este día muchos pueblos de toda Cataluña celebran su Fiesta Mayor.

En este lugar desde el que escribo estas lineas, el Santuario de Santa María de Ivorra o de la "Santa Duda", también celebramos la fiesta mayor el día 15 de agosto en que las puertas del templo se abren para acoger a la gran cantidad de gente que acude. Aquí, ya en el siglo XI existía aquella capilla románica dedicada a Santa María donde tuvo lugar el prodigio de la sangre que se vertía del cáliz. También la Virgen María adquirió aquí el nombre de aquel lugar fronterizo recién reconquistado. Así el nombre de Santa María de Ivorra se convertía en toponímico y no sería extraño que, así como hay personas que tienen nombre de montaña o de valle y se llaman Montserrat o Nuria, hubiera otras que se llamasen Ivorra y celebraran su onomástica el día 15 de agosto. ¿Por qué no?

¡Buena Fiesta Mayor!

Fermí Manteca

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NECESIDAD DEL SILENCIO (04-08-2000)

Actualmente tenemos tal cantidad de información que continuamente estamos recibiendo mensajes de una manera o de otra. A través de la radio, la televisión, el cassette, el disco compacto y tantos otros medios recibimos informaciones de todo tipo: música, publicidad, noticias, etc.

Tal bombardeo de imágenes y de sonidos nos están acostumbrando a no saber escuchar el silencio. Y eso que el silencio es esencial para poder escucharnos a nosotros mismos y escuchar a los demás, ambas cosas necesarias para crecer como personas. Aquel que no sabe escucharse a sí mismo, no sabrá escuchar a los demás y no aprenderá a estimarse ni a valorarse porque le faltará el conocimiento de él mismo. Y esto puede acarrear una autoestima inadecuada.

Necesitamos el silencio pero al mismo tiempo nos da miedo. ¿Os habéis fijado que casi siempre tenemos encendida la televisión aunque no la miremos? ¿Habéis visto que, sobretodo los adolescentes, siempre se ponen música cuando están solos? Este miedo a escuchar el silencio es una muestra del miedo a escucharnos a nosotros mismos y a afrontar la propia realidad. La verdad es que las prisas, el trabajo, el estrés y el ruido son enemigos, todos juntos, de nuestro crecimiento como personas y por eso mismo necesitamos cada día alimentar nuestra evolución en la madurez con un rato de silencio y soledad.

Haz la prueba: busca un rato largo diario para estar solo y en silencio y aprenderás a saborear el placer de encontrarte a ti mismo.

Fermí Manteca

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