EL "GRAN PRIMO" (28-07-2000)

El acontecimiento televisivo de la temporada podría tener la siguiente lectura:

Once millones de ciudadanos y ciudadanas se han encerrado voluntariamente durante noventa días mirando una televisión en la que se veía continuamente la vida monótona, anodina y banal de diez personas conviviendo en una misma casa, las cuales a medida que pasaban los días iban saliendo de escena sucesivamente hasta que no quedó ninguna. El experimento sociológico ha dado como resultado:

Primero.- Las personas que voluntariamente han participado en el juego lo han hecho mayoritariamente movidas por la necesidad de identificar la propia vida con la banalidad que mostraban les imágenes. Esta necesidad de verse reflejados en la televisión es directamente proporcional al grado de insatisfacción personal y de la incapacidad para llenar de sentido la propia vida.

Segundo.- Se están haciendo estudios estadísticos de los valores que les han transmitido les imágenes contempladas. Hasta ahora las cosas buenas que han recibido la mayoría de los once millones de participantes no han conseguido llenar las carencias que les movieron a participar.

Tercero.- Lo que sí parece que ha dado resultado es el balance económico conseguido por los que estaban al otro lado del experimento, ya que las ganancias que han obtenido, motivadas por la altísima participación, se cuentan por centenares de millones. Dicen que ésta era en definitiva la finalidad del experimento.

Conclusión.- En un país de cuarenta millones de ciudadanos y ciudadanas todavía queden muchos y muchas que no tienen la necesidad de llenar su vida con imágenes anodinas y banales ni de "hacer el primo" prestándose a experimentos como el aquí descrito.

Fermí Manteca

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EL GRAN INCENDIO FORESTAL (21-07-2000)

Justo hace ahora dos años un incendio de proporciones enormes nos heló el corazón. Las personas que lo vivimos de cerca y las que lo padecieron, todavía conservamos aquellas imágenes espantosas de nuestrs bosques encedidos y de aquel humo penetrante que lo envolvía todo. Fueron unas 27 mil hectàreas del centro de Cataluña que se convirtieron en llanto.

Una aniquilación como aquella significó una pérdida impresionante. Una pérdida que seguía a otra parecida cuatro años antes, que a su vez seguía a otra unos años atrás... y así sucesivamente. Nuestro entorno natural está padeciendo una degradación progresiva que, si no se remedia, nos llevará a un desequilibrio insostenible. La naturaleza, el medio donde vivimos, es como una casa que nos acoge a todos y esta vivienda nuestra la tenemos que conservar y preservar. Los que vivimos en el mundo rural esto lo tenemos muy claro, aunque hemos de profundizar en una utilización más adecuada de nuestro medio.

Está pasando, sin embargo, sobretodo desde la cultura urbana, que el medio natural ya no es considerado como la vivienda que nos cobija, sino como el parque para ir a pasear cuando les conviene y a divertirse en tiempo de ocio o para abocar los residuos que producen. El mundo rural, acogedor y hospitalario como es, da cabida humana a esta actividad, digamos, turística. Pero desde aquí, desde el mundo agrícola, hemos de dejar bien claro que nuestro hàbitat no es un juguete para los de ciudad, sino nuestro medio de vida y el entorno natural donde vivimos; y que "el equilibrio territorial sostenible" no ha de ser una frase bonita en boca de los políticos, sino más bien una realidad que se ha de conservar y construir.

Esta semana es la semana del fuego del 98. La presentación del libro de Florinda Plans en Torà el próximo sábado es una buena ocasión para que rememoremos aquel incendio que puso de manifesto tantas carencias y la debilidad y vulnerabilidad de nuestro entorno natural y de nuestro mundo rural. Este libro, que se titula "Entre dos fuegos", esta escrito desde la vivencia personal y está muy bien documentado. Seguro que servirá para tomar conciencia de esta realidad que vivimos y padecemos. No os lo perdáis.

Fermí Manteca

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INTERNET Y OTRAS CUESTIONES (14-07-2000)

Las nuevas tecnologías están poniendo a nuestro mundo en un camino revolucionario. No hay duda de que la aplicación de técnicas nuevas en el campo de la información nos está aportando nuevas maneras de relacionarnos y todavía no sabemos las implicaciones que tendrá en un futuro a corto plazo en los campos de la economía, del comercio, de la medicina y de tantas áreas de la actividad humana. Conviene, sin embargo, una reflexión en profundidad sobre las incidencias en las relaciones entre las personas, no sea que en un futuro cercano estemos muy informados, pero aislados y poco comunicados.

Ya se están alzando voces sobre cómo internet puede crear un mundo todavía más injusto. Sin ir más lejos, Vladimir de Semir, director del Observatorio de Comunicación Científica de la Universidad Pompeu Fabra de Barcelona, pone en guardia sobre este tema al comprobar que la mayoría de los que actualmente están conectados a internet son varones y de sectores económicos elevados: "Internet no se ha de convertir en un nuevo factor de exclusión, por ejemplo de la mujer y de aquellos sectores de población con una menor capacidad económica".

Es cierto que las personas que no se pongan al día en este campo podrían ser consideradas analfabetas de aquí a no mucho tiempo. Muchos padres, viendo que el futuro pasa por estas nuevas técnicas, no quieren que sus hijos se queden atrás y, en parte presionados por los mismos hijos, les compran un ordenador con acceso a internet incluído. Nuestras escuelas rurales están informatizadas y los chicos y chicas de nuestros pueblos de la Segarra ya disponen de estas nuevas tecnologías, obligando a los maestros y maestras a ponerse al día en estas cuestiones de la informática y de internet.

Como en todas las cuestiones hace falta un aprendizaje y una pedagogía para llegar a dominar este medio y no ser dominados por él. Una pedagogía que nos ayude a saber usar estas técnicas. En un próximo artículo trataré el tema de cómo enseñar a nuestros hijos a utilizar bien internet.

Fermí Manteca

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LAS RELIGIONES (07-07-2000)

Las personas y las instituciones tienen etapas de su historia más buenas y otras más malas. Unas en las que las cosas les van muy bien y otras en las que arrastran desgracias. Digo esto porque las religiones en la civilitzación occidental están pasando por horas bajas. Miremos el tratamiento que hacen los medios de comunicación de las noticias religiosas. La mayoría de los periodistas centran su interés en las manifestaciones más fanáticas y fundamentalistas de la religión. No me refiero sólo a la que tenemos más cercana, las religiones cristianas y más concretamente la católica, sino a las tres grandes religiones monoteistas: cristianismo, judaismo e islamismo.

El científico Freeman Dyson, profesor de física del Instituto de Estudios Avanzados de Princeton (EE.UU.), en un estudio sobre el fenómeno religioso habla de la "permanente vitalidad de las religiones moderadas". Dyson opina que "en el mundo moderno, los gobiernos se sienten incapaces o indolentes a la hora de acortar la distancia entre ricos y pobres. Las religiones organizadas proveen la amalgama social necesaria para que tanto unos como otros se sientan representados por la misma organización".

Este eminente físico extrae estas conclusiones de su experiencia personal en una sociedad tecnológicamente avanzada como es Princeton. Dice que allí existen más de 20 iglesias de confesiones diferentes, "todas preocupadas por ayudar a la gente más necesitada, todas deseosas de reducir las distancias entre jóvenes y adultos, entre ricos y pobres". En el estudio histórico de las religiones descubre que en las tres grandes creencias monoteistas, lo común es que se produzcan este tipo de actitudes constructivas, desinteresadas y tolerantes.

Yo recuerdo a un profesor universitario que ya hace tiempo me expresaba que él no creía en Dios, pero sí creía en la iglesia. Que su formación científica universitaria le impedía tener fe en un dios transcendente, pero sí creía en una institución que, a pesar de todos los defectos inherents a cualquier actividad humana, se distinguía básicamente por sus acciones altruistas y pacíficas a favor de toda la humanidad.

Total, que la gente de iglesia también somos buena gente.

Fermí Manteca

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EL DRAMA DE UN JOVEN (30-06-2000)

Los que me conocen saben que no soy una persona catastrofista ni negativa; más bien me agrada buscar en la realidad que me rodea aquellos aspectos positivos que nos pueden hacer crecer como personas.

Sin embargo, no podemos cerrar los ojos a los problemas que provocan no pocos dramas y tragedias y que de vez en cuando se hacen patentes en nuestro mundo. No tanto para hacer una lectura condenatoria sino para buscar soluciones.

La noticia reciente de un muchacho de 14 años que ha muerto la noche de San Juan después de ingerir drogas sintéticas es un golpe demasiado fuerte para cualquier persona mínimamente sensible. ¿Os imagináis el drama de los amigos que lo acompañaron desde la disco hasta el hospital? ¿Os imagináis la llamada telefónica de madrugada a su familia? Detrás de cada noticia de este estilo hay un montón de personas llorando.

Lo triste es que cuando giramos la plana del diario, la noticia queda atrás sepultada por el peso del olvido de cada página que pasamos. Pero el problema está; y es un problema muy grave. Que nuestros jóvenes caigan en la trampa de las drogas y cada vez se inicien antes en la ingesta de substancias que los llevan a la muerte, tendría que encender todas las alarmas de nuestra sociedad.

Estas drogas están provocando la aparición de enfermedades mentales muy graves, como son las psicosis en diversos grados, que cada vez llenan más las ya colapsadas consultas de los psiquiatras.

Que cada uno se haga esta reflexión: qué sociedad estamos construyendo abocando a los jóvenes a una vida sin futuro. Qué intereses hay detrás de un sistema que necesita hacer de los días de diversión y descanso una manera de cansar más a los jóvenes para que no tengan tiempo ni fuerzas para plantearse nada ni para cuestionar tantas cosas de nuestra misma sociedad.

Fermí Manteca

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EDUCACIÓN PARA LA PAZ (23-06-2000)

Este año 2000 ha sido designado como año internacional de la cultura de la paz. Todo el mundo es consciente de la importancia de la paz en la vida de los paises para el desarrollo de las personas y de los pueblos. Todos: políticos, pensadores, economistas o estrategas saben que la paz es uno de los condicionantes básicos para el progreso de los pueblos; todos quieren la paz. Sin embargo, la verdad bien visible es que en nuestro planeta, cada vez más pequeño, existen hoy el doble de conflictos bélicos que en los años 1950.

Se impone una cultura de la paz. Necesitamos una pedagogía de la paz. Por eso hay que enseñar a nuestros niños y jóvenes actitudes de tolerancia, de respeto a la libertad y a las ideas de los demás, etc. En un mundo cada vez más intercomunicado y que camina a una convivencia intercultural e interétnica conviene potenciar todos estos valores para que la convivencia pacífica contribuya al enriquecimiento personal de todos.

Son muchas las influencias que recibimos y que van configurando nuestra manera de ser: la familia, los medios de comunicación, los amigos, la publicidad y muchas cosas más. No obstante dicen que todo lo que se aprende en los primeros años de vida es lo que nos queda más fijado. La familia, por tanto, tiene un papel importantísimo a jugar en este tema de educar para la paz.

Se ha dicho, por ejemplo, que las programaciones de las televisiones influyen en las actitudes agresivas, que las escenas violentas incitan a los niños y a los jóvenes a imitar aquellas conductas. Seguramente es verdad, pero yo pienso que influye más en los niños las actitudes de los adultos que estan a su lado y que son para ellos modelos de identificación. Si estoy mirando una película con mis hijos y sale una escena de violencia, los niños aprenderán mi reacción ante aquella escena. Si yo, por ejemplo, aplaudo y admiro aquella escena violenta de venganza o me quedo impasible, lo que más imitarán mis hijos será mi reacción de estar de acuerdo con la violencia y no tanto la història que explican en la tele. Si, por el contrario, hago un comentario de rechazo, ésto se le quedará y estarán aprendiendo a rechazar las actitudes contrarias a la paz.

Y así, tantas cosas.

Fermí Manteca

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LAS COFRADÍAS MEDIEVALES (16-06-2000)

Durante la Edad Media nacieron en Cataluña muchas cofradías con la finalidad de constituir un fondo con las cuotas aportadas por los cofrades y de aquel fondo ayudarse mutuamente en caso de necesidad. Aquellas primitivas cofradías, que en nuestro país aparecieron en el siglo XI de la mano del obispo de Urgell, San Ermengol, se transformaron posteriormente en los gremios y más tarde en los sindicatos. No es de extrañar, así, que algún sindicato, como el de pescadores, haya conservado el nombre primitivo de cofradía.

En Cataluña, la primera cofradía de la que se tiene memoria y documentación escrita es la cofradía de Ivorra, fundada por San Ermengol con motivo del prodigio de la Santa Duda. Más tarde y en el mismo siglo XI, se fundaron otras como la de La Portella, la de Gerri de la Sal o la de La Pobla de Lillet, con el mismo estilo y espíritu que la primera.

Las constituciones de la cofradía d'Ivorra, que hablan de cofrades y cofradesas, establecen tanto las cuotes a aportar por los socios (una puñera de trigo y dos de cebada y un cántaro de vino o su equivalente) como la distribución de los bienes de la cofradía. Un cofrade o cofradesa que venia a menos per enfermedad o vejez, una doncella que no tenía la dote para su boda, otro que caía cautivo u otro que no tenía ni para su entierro, todos estos eran objeto de ayuda con los bienes de la cofradía. Otra de las finalidades que constan en el documento de constitución era la de pacificar y arbritar en caso de litigio por parte de los capitanes de la cofradía y, en general, la de atender cualquier necesidad con obras de misericordia.

Este espíritu de ayuda mutua, que ha estado en el origen y en el nacimiento de nuestro país, también está presente como valor a admirar en la conciencia colectiva de todos nosotros. Siempre admiramos y valoramos a una persona o a una asociación altruista que es capaz de hacer alguna cosa por los demás. Por eso, en el presente momento histórico que vivimos, conviene conectar con nuestra historia y pasar de la simple admiración de unos valores a la vivencia concreta de la ayuda mutua y altruista. Hoy también hay entre nosotros personas que necesitan de nuestra ayuda. Así también construiremos el país.

Fermí Manteca

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CULTIVAR LA BUENA CONVIVENCIA (09-06-2000)

No es ningún descubrimiento a estas alturas decir que el hombre es un ser social, cualidad que le permite vivir con los demás, es decir, de convivir. Por tanto podemos decir que la convivencia es una de las características humanas más propias y que cultivar la buena convivencia es lo que más puede contribuir al bienestar y al desarrollo armónico de la persona.

No es ningún secreto tampoco que las malas formas de convivencia es uno de los achaques de la humanidad que afectan a muchas personas y contribuyen a la infelicidad de muchos. Además, nadie, de ningún estatus social, se ve libre de este mal. Una de las características que estropean la convivencia es el afán posesivo de las personas, el intentar poseer al otro, dominarlo, tener poder sobre él.

Dentro de muchas familias y en las relaciones sociales, la convivencia se transforma en una manera de posesión que a veces llega a situaciones tan límites que se convierte en un drama que salta a la sección de sucesos de los medios de comunicación. Por suerte sólo pocos casos llegan a este límite y, sin embargo, se dan con frecuencia entre nosotros aquellas situaciones sutiles que hacen de la convivencia un mal. Los psicólogos hablan de relaciones de "doble vínculo" como aquella en que una persona ata a la otra de tal manera que haga lo que haga, la hará sentirse culpable. Pedir una cosa al otro y, si lo hace, tirarle en cara lo que ha hecho, es una manera de atarlo creando una dependencia enfermiza. Estas situaciones son más comunes de lo que parece y crean infelicidad y muchos problemas psicológicos y de relación.

Conviene cultivar la buena convivencia. Las relaciones humanas, para ser verdaderamente humanas, han de estar basadas en la libertad, característica humana por excelencia. La amistad, las relaciones de pareja, la convivencia familiar y todo tipo de relación entre las personas tendrían que estar fundamentadas en el respeto a la libertad del otro, en la aceptación del otro tal como es, en la no interdependencia psicológica y en no crear en el otro sentimientos de culpabilidad. Sólo así se puede ir creando un mundo de relaciones sanas que contribuirá a tener más felicidad y más bienestar entre las personas.

Fermí Manteca

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HISTORIA DE UNA BALA (02/06/2000)

Primera etapa.- La materia prima para construir la bala hay que comprarla en paises productores de la misma, en este caso un país africano. La bala protagonista de esta historia la fabricarán en un país del primer mundo, por ejemplo España, que importará el plomo a cuenta de la deuda externa de aquel país africano. Total, a bajo precio.

Segona etapa.- En la fábrica de armas se transforma y elabora la bala que contribuirá a hacer subir el P.I.B. y el bienestar de los habitantes de este país del primer mundo. La bala ha quedat lista para ser vendida una vez hayan recibido el pedido.

Tercera etapa.- El paquete del envío ya está hecho. El pedido está a punto de ser servido. La dirección indica que el destino es un país africano. En el interior indica si es para el ejército de aquel país o para un grupo revolucionario que está en guerra. El precio elevado de la factura, justificado por el coste de la producción y por el índice de nivel de vida del país fabricante, será pagado con el dinero destinado en principio a dar de comer a los habitantes del país africano de destino.

Quarta etapa.- Nuestra bala ya está en la selva del interior de Africa. Ha pasado por diferentes cananas del ejército de liberación revolucionario, o algo así. Por fin la ristra de balas madeinspain es insertada en aquel rifle también de fabricación primermundista. Carreras por la selva. Un comboy militar. Una carretera. Una emboscada. Una ráfaga. Una explosión en el extremo de nuestra protagonista. Un vuelo velocísimo. Ya está. El final de la bala se ha consumado, provocando también el fin de una persona madeinspain: es un periodista.

Quinta etapa.- Los dirigentes y los habitantes del país productor de la bala están consternados al recibir la noticia de la muerte de aquella persona. No saben, sin embargo, el origen de la bala que lo ha matado. Y no están consternados por los miles de muertos que provocan las miles de balas que fabrican.

Conclusión.- Que cada uno saque la conclusión que le plazca. A mí me place llorar por el precio del bienestar y el nivel de vida del primer mundo. Y me avergüenzo de formar parte de él.

Fermí Manteca

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VALORAR LA HISTORIA (26/05/2000)

Hay personas que no tienen sentido histórico, que piensan que toda la historia ha pasado en la su corta vida y que más allá de su existencia todo es prehistoria. Es propio, por otra parte, de la adolescencia que se dé este sentimiento en un momento de la evolución de la personalidad en el que ha de afianzar su maduración. Esto lleva, de una manera a veces traumática, a no saber valorar o a infravalorar el pasado y al conflicto generacional.

Lo cierto es, no obstante, que nosotros, cada uno de nosotros, somos fruto de la historia que nos ha precedido y que ha posibilitado nuestra existencia. Saber valorar en su justa medida las cosas pretéritas nos da sentido histórico y la madurez suficiente para construir un futuro mejor.

A nivel social, los pueblos y las culturas también son fruto de la historia pasada. Los acontecimientos históricos son los que van configurando y dan identidad y carácter específico a cada país. Un pueblo que pierde su sentido histórico es un pueblo que perderá su identidad y estará abocado a desaparecer como tal.

Por eso es tan importante recuperar la propia historia, valorarla, recordarla y transmitirla a las generaciones más jóvenes. Y no precisamente para quedarnos estancados en el pasado, sino para construir un futuro con la consciencia de que formamos parte de una historia más larga que nuestra existencia. No hemos de olvidar que las cosas que ahora somos, que lo que ahora hacemos y tenemos no han surgido de la nada, sino que se han ido configurando y evolucionando a través del tiempo. De hecho, recuperar la propia historia es recuperar la propia identidad.

Fermí Manteca

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LA DUDA, SANTA (19/05/2000)

Todas las personas, ya desde pequeños, buscamos modelos de identificación para parecernos a ellos. Modelos que tengan características que puedan ser imitadas y que vayan configurando la propia personalidad. Los psicólogos han estudiado mucho este proceso y han valorado la importancia que tiene en la infancia el hecho de encontrar modelos de identificación válidos para la formación y evolución de la persona de una manera integral.

A nivel social también buscamos estos modelos que nos den identidad como grupo. Unas veces será un club de fútbol o una persona importante y famosa que se convierte en el ídolo más o menos efímero.

A lo largo de la historia, los heroes y los santos han sido presentados como modelos de virtudes a imitar y seguir por las personas que se puedan identificar con ellos. Lo cierto es que siempre se eleva a la categoria de la santidad (o de modelo a imitar) a personas con características y virtudes tan elevadas y sublimes que difícilmente nos vemos identificados. Como máximo, nos quedamos boquiabiertos ante sus heroicidades y virtudes.

Por eso me hace pensar que la "Santa Duda de Ivorra", que estos días ha sido noticia, pretende elevar a la categoría de la santidad una cualidad humana, el hecho de dudar, que en principio aparece como una debilidad o como una cosa muy pedestre y muy al alcance de todos. La Santa Duda, así, se presenta como una "duda santa", como una característica humana elevada a la más excelsa categoría, como un modelo a imitar, aunque parezca un contrasentido.

Sin embargo, si lo pensamos bien, es bien cierto que la duda es el inicio de toda búsqueda, de toda investigación, de toda evolución y progreso. La persona que no duda, que está muy segura de ella misma, es una persona que no buscará, que no se interrogará, que quedará inmovilizada dentro de sus fatuas seguridades.

Fermí Manteca.

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